E.T. phone home, it’s a conspiracy!

Las teorías de la conspiración que más curiosas me han parecido siempre son las que tienen que ver con los extraterrestres. Es posible que esta “predilección” se haya dado porque siempre he sido una apasionada de la ciencia ficción, y porque me maravilla imaginar la existencia de otras formas de vida más allá de nuestro planeta. 

Puede que esta curiosidad por lo desconocido, tan humana, sea uno de los motivos que ha propiciado que este tipo de teorías conspiranoicas hayan llegado lejos en nuestra sociedad, no solamente ahora sino en distintos momentos de la historia. Sin embargo, hay muchas tipologías de teorías relacionadas con los extraterrestres - desde el clásico “los gobiernos ocultan información sobre la existencia de extraterrestres” hasta otros como “los extraterrestres nos gobiernan” o inclusive la explicación de ciertos avances tecnológicos o arquitectónicos por mediación de extraterrestres- y la existencia y “éxito” de cada una de estas teorías puede tener explicaciones muy distintas.

En los dos primeros casos (gobiernos que ocultan o extraterrestres que gobiernan), vemos similitudes con otras muchas teorías de la conspiración, siempre en relación a poderes ocultos en la sombra, secretos que los poderosos no revelan a la población general. Aun así, podríamos decir que la segunda variedad (los extraterrestres nos gobiernan) tiene un cariz mucho más fantasioso que la primera (nos ocultan la existencia de extraterrestres). 

Pierre Lagrange, en su artículo "De los ovnis a la teoría del complot, ‘nos ocultan cosas, no nos lo dicen todo’", publicado en 2009 en Le Monde Diplomatique, defendía que “La pasión por las teorías del complot surgió en los años 50 en Estados Unidos, en plena fiebre anticomunista y en medio del temor difuso a una destrucción atómica del mundo; y se focalizó en torno al tema de los extraterrestres, de los "platillos volantes" y de los ovnis (objetos voladores no identificados). Todo un imaginario político se mezcló entonces con la atmósfera habitual de la ciencia ficción”.

Este autor pone el acento en el miedo y la política de los años 50 como explicación al surgimiento de estas teorías. Unas teorías que actualmente están también presentes, quizás nunca se fueron del todo, quizás para dar forma a un descontento social o político, quizás por tratar de hacer comprensibles asuntos por el momento inexplicables o, quizás, como comentábamos unas líneas más arriba, porque nos gustaría saber que no estamos solos en el universo… Aunque a la vez nos aterre esa idea.

En cualquier caso, científicas como la física Jill Tarter, ex directora del Centro de Investigación del Instituto SETI (acrónimo del inglés Search for Extra Terrestrial Intelligence, búsqueda de inteligencia extraterrestre), quien ha dedicado gran parte de su carrera a la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra, ha afirmado categóricamente que "es un mito que los gobiernos oculten información sobre la existencia de extraterrestres”. Esta claridad desde la ciencia, sin embargo, no ha impedido el éxito de estas teorías de la conspiración.

Si entramos ahora en una tercera tipología de teorías de la conspiración sobre extraterrestres, las que explican de ciertos avances o construcciones mediante la presencia y participación de extraterrestres, vemos que estas pueden tener un origen bastante oscuro. 

La arqueóloga doctoranda Stephanie Halmhofer explica en su artículo “¿Construyeron las pirámides los extraterrestres?, y otras teorías racistas”, publicado en Sapiens en 2021, que se trata de teorías de “pseudoarqueología” con trasfondo racista y supremacista. “Estos argumentos pseudoarqueológicos pueden parecer simplemente divertidos de entretener. Pero invariablemente están fuertemente predispuestos contra personas negras, los pueblos indígenas y otras personas de color (BIPOC, por sus siglas en inglés) de quienes se duda que hayan sido responsables de sus propias historias. Los sitios arqueológicos de África, Asia y América a menudo se presentan como prueba de intervenciones externas, mientras que los logros de quienes vivieron en la antigua Grecia o Italia, por ejemplo, rara vez se cuestionan. En otras palabras, estos argumentos suelen ser racistas”, afirma Halmhofer, quien añade: “varios grupos, como los nacionalistas blancos, usan la pseudoarqueología en sus visiones del mundo”. 

Por otro lado, explica Carolina Moreno Castro en su asignatura “Los discursos de la ciencia en la esfera pública en el s.XXI” que las teorías de la conspiración “forman parte de un corpus de teorías paracientíficas que están siempre latentes y que cuando hay una fractura del acontecer, aparecen, se adaptan y se moldean”. Y parece que así sucede en la actualidad, con un resurgir de teorías de la conspiración que bebe de la desafección y la desconfianza de muchas personas en las instituciones y el sistema político, social y económico. 

Además, a este contexto se une también el aumento de canales de información que ha traído consigo internet, así como el funcionamiento de los algoritmos de redes como YouTube. Estos algoritmos, ideados para mantener al usuario consumiendo contenido por el mayor tiempo posible, presentan contenido infinito sobre aquellas temáticas que más seduzcan al usuario, sin importar su veracidad o calidad. Esto facilita la propagación de contenido falso o que refuerza teorías de la conspiración

Así las cosas, parece que a las teorías de la conspiración aún les queda mucha cuerda.




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