Liliana Arroyo: “No entiendo la investigación sin la divulgación. Entiendo que queremos crear conocimiento para transformar la realidad”

La vocación divulgadora llamó a la puerta de Liliana Arroyo Moliner (Barcelona, 1985) mucho antes de pisar la facultad: “cuando empecé a estudiar sociología ya la traía un poco de base: quería mejorar la vida de mis vecinos, tenía esta vocación de implicación social y de impacto”. 


Con esta voluntad intacta y con el efecto de lo digital sobre lo social como foco, Arroyo combina ahora su actividad investigadora y su trabajo - es doctora en Sociología por la Universidad de Barcelona, trabaja en la Fundación i2CAT como Responsable de Innovación Social Digital y es docente e investigadora del Instituto de Innovación Social y del Departamento de Sociedad, Política y Sostenibilidad de ESADE – con su actividad de comunicación. 

Así, colabora en medios como El País, El Periódico, Eldiario.es o el Diari ARA, participa activamente en redes sociales, especialmente en Twitter, participa en charlas, coloquios y actividades y, también, ha publicado un libro: “Tu no eres tu selfi”, sobre el lado menos compartido de las redes sociales.

Para esta investigadora social y comunicadora todoterreno, la divulgación científica es “tejer puentes, traducir el conocimiento que se crea en las universidades y centros de investigación para que llegue a la población general”. Vamos a descubrir un poco más acerca de sus reflexiones sobre cómo y por qué se construyen estos puentes y traducciones.


Hace unos años, escribías en tus redes sociales que “la divulgación es la dimensión más radical de la ciencia”. ¿Qué significa para ti esta afirmación?

No entiendo la investigación sin la divulgación, simplemente por amor al conocimiento. Entiendo que queremos crear conocimiento para transformar la realidad. Para mí, la mejor investigación científica, sea del ámbito que sea – ciencias sociales, experimentales, ingeniería…- es aquella que acaba llegando. Empleo el concepto “radical” en el sentido de que viene de la raíz: la investigación que llega más lejos es la que me parece más auténtica. 


Este elemento transformador que tu identificas como parte de la divulgación, indica entonces que a ésta se le presuponen unos valores, incluso una ideología, ¿O se puede hacer divulgación sin valores?

La información, si no la provocas, si no la buscas, si no la generas, es difícil que suceda por inercia. Creo que sí, que siempre hay unos valores detrás.  Primero, porque cuando tú estás en el mundo de la investigación, hacer divulgación no te da puntos, lo que los da son las publicaciones en revistas indexadas. Por tanto, yo sí creo que hay una ideología detrás de la divulgación, ya que suele ir ligada a un propósito. Ahora bien, que este propósito corresponda a una ideología deseable o no… Ahí ya podríamos abrir un debate. 

Siempre hay una agenda política detrás, pero es que al final lo personal es político, también. En el momento en el que tú haces divulgación, incluso en el momento en el que eliges el campo de estudio al que te quieres dedicar, ya partes de un interés. Es cierto que cuando decides pasar a contar eso que estás estudiando es porque quieres que ese conocimiento circule, y que circule seguramente para cambiar algo. 


¿Cuál crees que es la relación, la intersección, entre la divulgación y la ciencia ciudadana? Si es que crees que hay algún vínculo entre ambas…

¡Oh! Esta intersección me encanta. En el momento en el que la ciudadanía está implicada en la creación de la ciencia, también se da una forma muy proactiva por parte de la ciudadanía de consumirla. Creo que [la ciencia ciudadana] forma parte de la divulgación, y es una divulgación mucho más directa, donde la ciudadanía no solo recibe información sino que seguramente se tiene que formar y tiene que entender aquello que está haciendo.

Por ejemplo, cuando yo he participado de proyectos de ciencia ciudadana, inevitablemente me han dado el contexto del proyecto. Me han explicado el objetivo, la metodología… Había un protocolo detrás, un rigor. Creo que es una manera muy directa de acercar el conocimiento científico a la ciudadanía. Entre otras cosas porque los proyectos de ciencia ciudadana también se caracterizan por el compromiso de acabar compartiendo este conocimiento que has ayudado a generar. No es solo usar la ciudadanía para recoger información, sino que también hay el compromiso de poderlo compartir para devolver, hacer este retorno.


Cerrar el círculo.

Exacto. El ciclo acaba cuando se retorna a la ciudadanía, se pasa el resultado de aquello que han ayudado a obtener. Al final no deja de ser un proceso de divulgación. No es solo una acción divulgativa, sino que todo el proceso se convierte en divulgación en sí mismo.


Hay un gran abanico de formatos de divulgación, y tu has explorado muchos de ellos: charlas en muchos formatos distintos, libros, actividad en redes sociales, docencia… ¿Tienes un formato favorito? 

A raíz de la publicación del libro – aunque ya lo hacía antes – he hecho charlas con familias sobre educación digital, hábitos digitales… Estas charlas, aparte de compartir conocimiento, te permiten también el diálogo, recoger lo que les preocupa a las familias, sus problemáticas. Es un intercambio muy chulo y que aporta dinamismo: a veces te piden cosas que tú no has preparado, pero es fantástico. Además, también en este espacio se genera una situación de compartir estrategias entre familias. Es un espacio muy agradecido. Me gusta mucho esta doble dimensión lo que yo puedo aportar y lo que las familias me aportan en la conversación, en el debate, y lo que se aportan entre ellas.

Otro formato que me gusta mucho es las columnas de opinión en los periódicos. Es interesante porque puedo elegir qué temática quiero abordar y sé que tengo un espacio definido para expresar como yo quiera aquello que pretendo explicar. Dominas el mensaje. Además, cuando es un medio con cierto alcance, es fácil llegar a un público al que de otro modo no puedes llegar. 


En todo este camino recorrido en el mundo de la divulgación, entre tantos canales y tantos formatos… ¿qué es lo más interesante que has aprendido?

No es algo específico que haya aprendido, pero si es una cosa que he descubierto y que me resulta muy estimulante: poder participar en espacios de divulgación interdisciplinarios. Me flipa participar en espacios en los que ya hay personas de otros ámbitos que también hacen divulgación y que por lo que sea conectemos en algún punto, es apasionante.

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